¿Eres un buen conversador? ¿Quieres conocer las estrategias que harán que tus conversaciones sean más interesantes?

“La conversación es la más común de las actividades sociales humanas, y si de verdad queremos llevarla bien, necesitamos saber qué es lo que quieren oír nuestros interlocutores», indica el psicólogo Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard. La conversación no ha cambiado con el tiempo, continúa siendo la forma más utilizada de comunicación.

Nuestros padres y abuelos probablemente sabían conversar mejor que nosotros porque carecían de los aparatos electrónicos modernos que están ahogando poco a poco la buena conversación presencial. Nuestras vidas están, cada vez más, controladas por las tecnologías y redes sociales que las de ellos por los noticieros y medios en general. El acelerado ritmo de vida que llevamos ha cambiado nuestros hábitos de comunicación dramáticamente reduciendo nuestras habilidades expresivas cara a cara.

Podemos decir que la conversación es una clase especial de disertación. Donde hablamos de una manera casual, en un momento casual pero con un fin especial. Algunos creen, equivocadamente, que todo lo que se necesita es alguien que tenga oídos para escuchar y otro que tenga boca para hablar, pero no es suficiente. Quizás no necesites un curso sobre cómo conversar, pero es vital que comprendas la gran importancia de ser un BUEN CONVERSADOR. Lo necesitarás en casi todos los aspectos de tu vida.

DIMENSIONES A GESTIONAR

Conversar es un esfuerzo intelectual y social mediante el cual se aclaran, expresan y dramatizan ideas importantes para impresionar, convencer o entretener. Pero también para relacionarse socialmente con los demás y establecer vínculos importantes en nuestra vida.

LAS 5 ESTRATEGIAS CLAVES:

1. Habla con entusiasmo

Para que tu conversación sea amena, debes usar un tono de voz amistoso y agradable. Exprésate con claridad, de manera calmada, relajada e informal. No levantes tu voz ni hables con demasiada rapidez y menos trates de controlar la conversación.

2. Escucha activamente

Concéntrate cuidadosamente cuando hables con otra persona, destacando en tu mente los principales puntos tratados. Procura escuchar más que hablar cuando conversas para entender mejor al otro.

3. Pregunta sin interrogar

Haz buenas preguntas y recibe las respuestas con tranquilidad. Usa esta secuencia: preguntas, escuchas la respuesta, ofreces información de tu propia experiencia y luego haces otra pregunta en tono casual pero genuinamente interesado.

4. Opina sin imponer

Espera hasta que hayas establecido una buena relación con la otra persona antes de ofrecer tus opiniones. No te impongas ni des un argumento a favor de tu opinión hasta que el otro responda. Cuando opines, se breve y objetivo, luego pide algún comentario al respecto.

5. Usa gestos apropiados

No hagas muchos gestos. Procura que tus gestos estén de acuerdo con la situación. Evita hacer gestos de incomodidad o fastidio si el otro comienza a dominar la conversación, ello puede afectar negativamente la relación. Mantén el ambiente lo más informal posible.

Finalmente piensa. Conversar no es usar simples expresiones «casuales». Tampoco es una exhibición artificial, falsa y emotiva de palabras y frases altisonantes. (Desgraciadamente, algunos piensan que eso es conversar). Conversar no es una disertación informativa, aunque es posible que contenga información; no es una charla para entretener, aunque es posible que entretenga; no es un simple debate, aunque debe contener argumentos sólidos. No es tampoco la declamación de un ensayo literario, a pesar de que al igual que un buen ensayo; ésta debe caracterizarse por la unidad, coherencia, equilibrio y claridad de las ideas a intercambiar. Conversar es, finalmente un acto social que pretende establecer o mejorar tus relaciones interpersonales.

Reflexiones Finales

Tu personalidad participa plenamente en el proceso. Los demás sentirán que tuvieron una «buena conversación» cuando tengas habilidad para manejar tu interacción con ellos.

Una buena conversación incluye argumentos que «satisfagan la mente»; esto tiene que ver con lo que se dice y el cómo diseñas tu mensaje. Pero dicha información debe ser presentada de manera que «inspires el corazón». La clave está en el grado de empatía que logres con tus interlocutores y cómo es tu actitud frente a ellos.

Si darás un discurso que sabes que los oyentes estarán en contra de lo que dirás y deseas convencerlos de algo, inicia hablando sobre algo en lo que ellos estarán de acuerdo contigo. Luego hablas, pero no discutas, sólo explícales con calma tu punto de vista.

Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard decía que «a nuestros interlocutores les gusta más charlar de experiencias compartidas que escuchar relatos de algo que no conocen». El diálogo es vital en una buena conversación.

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Éxitos.

 

Al buen conversador se le tiene en gran estima.

Es respetado, admirado y considerado líder de influencia extraordinaria.

Freddy N. Casanova Bedoya

 

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